Existe una diferencia entre la curiosidad y el asombro: mientras una busca, la otra encuentra. En la obra de Alberto ambas virtudes se encuentran y componen entre sí una coreografía lumínica que expone una realidad que se resiste a ser representada. Tensión y armonía; instantáneas de un lugar al que quizá nunca regrese pero que ya hizo suyo. Una imagen que cuenta las historias, recuerdos que recorren cada rincón del día vivido y configuran el poema.
Los anillos de tu pulso dicen lentamente que eres una jóven y épica historia sentimental de 25 años. Durante toda tu vida has escuchado tanto vórtice de conversaciones privadas como has querido y acondicionaste tu enrramada para obtener la afinación precisa del rumor de mar. Eres el corazón de un parque popular, lleno de mosaicos y fuego escrito de algunos poetas y uno que otro chiquillo en vuelo.
Alguien tatuará su nombre en tu cuerpo, sin consultarte por tu afecto. Incluirá otro que no es el tuyo. La tinta de tu savia sella el pacto.
Te convertirás en el pulso de sus voces amorosas.
A.S.