Alvaro busca la trascendencia de los límites físicos de la resistente realidad. La captura del momento de tensión donde convergen las fuerzas antes de resolver en una ansiada acción devela una de sus constantes: la fuerza, lograda a través del uso de la línea delgada y los colores opacos que juegan con la soltura dinámica de sus representaciones. El rescate del mundo mítico y fantástico del Perú Antiguo es la otra cara de la misma moneda, el lado desnudo de su interés por escapar del límite real y crear a partir de un mundo donde predominaron los valores que él cultiva.
El artista sugiere que esta obra componga un díptico con el Boceto de Wiracocha (disponibilidad según stock).